1984

Buenas noches, soñadores

Después de un fin de semana de lo más ajetreado, vuelvo con energías renovadas para empezar una nueva semana y sobre todo para hacerlo también con un nuevo mes. 

Como se está haciendo ya habitual, vengo con una nueva recomendación en la sección de clásicos, muchos seguramente habréis oído hablar de este autor, otros ya lo habréis leído, y otros van descubrirlo de un momento a otro. Este es uno de los libros que al menos hay que leer una vez en la vida, tiene esa crítica social que en muchos libros actuales es difícil de encontrar.  

Nuestro autor, como miles de ellos, utilizó el seudónimo de George Orwell para poder trabajar de forma más cómoda y sobre todo para no incomodar a sus padres. Nació en una colonia británica en la India, su nombre verdadero era  Eric Arthur Blair y se puede decir que era uno de los grandes representantes de la justicia social en las primeras décadas de los años XX.

Los que hayáis leído varias obras de este autor creo que no dudaréis en afirmar que estaba obsesionado por la propaganda y el control de la información, lo paradójico es que él también trabajó como propagandista en el Servicio Oriental de la BBC durante la Segunda Guerra Mundial. 

La novela de 1984 es solo una de las tantas que publicó, fue una de las primeras futuristas que se escribían, por no decir que fue una de las pioneras en este mundo de distopías al que hoy en día estamos tan acostumbrados. No desvelaré nada de esta novela, porque creo que si lo hiciera no la disfrutaréis como deberíais, aunque si os puedo dar ciertos datos curiosos, como el que la habitación de dicha novela, la 101, ubicada en el Ministerio del Amor, si existió, George Orwell se basó en la sala de conferencias de la BBC donde se celebraban largas y tediosas reuniones que martirizaban al periodista.

Muchos podéis pensar que, que título tan simple, y efectivamente, porque su idea era haberle puesto un nombre como El último hombre en Europa, luego decidió jugar con los años, pero los editores creyeron que era mejor dejar el año en el que se desarrollaba la novela.

Y es que lo que nos ofrece el autor es una distopía ambientada en el Londres de siglo XX, en donde las clases sociales estaban perfectamente separadas, ¿esto no os recuerda a algo? Bueno, ¿y si a esto le añadimos varios Ministerios? Seguramente os acaba de venir una saga o distopía actual. Creo que ya solo con estos simples datos, muchos de vosotros no dudaréis en ir a buscarlo a vuestra biblioteca o haceros con él en alguna librería.