lunes, 12 de enero de 2015

Perfectamente Imperfecta


Lorraine Estévez lo tiene todo. Éxito, reconocimiento y un prometedor futuro como empresaria. Pero nada de esto es suficiente y lucha incansablemente por alcanzar la perfección. Desde la adolescencia ha vivido obsesionada con su físico, y acomplejada por los insultos que ha recibido a lo largo de su vida, ha tomado un camino que no era el más correcto, culpando de su desdicha a una sola persona. Zackery Baro siempre fue el chico malo por el que las chicas enloquecían, pero él solo tuvo ojos para una; una chica a la que le hizo un daño irreparable sin ser consciente de las consecuencias que sus actos acarrearían. El reencuentro entre ambos abrirá las puertas a los demonios del pasado y despertará sentimientos largo tiempo ocultos.


Lorraine debe dejar el pasado atrás y Zack será su mayor impedimento.

La lucha por el perdón y la aceptación será incansable.


Cuando el objetivo es la perfección, se sobrepasan límites que ni los sentimientos son capaces de impedir.


Traición, amor, dolor... Una novela para recordar con una historia de amor Perfectamente Imperfecta.

 

Opinión personal:




¡L

unes de locura! Pero aun así no podía faltar la reseña de un nuevo libro, esta vez un libro muy especial, porque creo que nunca había leído sobre el tema, y la verdad que me impresiono bastante.



Su autora, Melanie Alexander, ha sabido narrar una historia en el que el tema principal es la anorexia y bulimia, trastornos alimenticios que están a la orden del día, ya que muchas jóvenes lo padecen.

Para empezar, nuestra protagonista, Lorraine, es una mujer que no tiene que envidiar a nadie, desde mi parecer, pero es incapaz de conseguir su ideal como persona, siempre infravalorándose, en los que realmente los culpables son sus familiares, y el repeinado de su novio, Tristán, ese hombre que he llegado a odiarle por momentos… Pero ante todas estas complicaciones y dificultades que tiene en su vida, tiene un ángel guardián que nunca la abandona, su mejor amiga, Maggie. 

Maggie es un personaje fundamental en la trama del libro, ya que es la única que le hace ver que lo que está mal no es su cuerpo, sino la visión que tiene de él, siempre controlándola y queriendo que vea que es perfectamente imperfecta.

Y por supuesto no podía faltar, nuestro protagonista masculino, Zack, un hombre que huyo de todo tras complicaciones familiares, y lo más importante, huyo de la persona que más le quería Lory,  pero a la cual hizo muchísimo daño, siendo también responsable de sus inicios con los trastornos alimenticios.

En el momento en el que se vuelven a encontrar, creo que salte de alegría, y quería que Lory le diera en todas las narices, demostrándole que era una mujer de tremendo existo y que lo que había sucedido en el pasado, no dejaría que le hiciera mella en el futuro, pero como era de esperar no es todo de color de rosas, y que lo hecho en el pasado no es fácil borrar de un plumazo cuando el daño infringido a sido tremendo.

La relación de ambos desde un momento es complicada, pero gracias a Zack, las cosas van cambiando, convirtiéndose en un pilar fundamental para ella, si queréis saber en qué sentido, ya sabéis tendréis que leer.

También habrá personajes secundarios que son el arropo que tiene Lory en momentos difíciles, y ver la evolución que tiene en su relación, por ejemplo lo que sucede con Ethan, quien me hace muchísima gracia, y con el que tiene discusiones cada dos por tres, o el repeinado de Tristán, que para mí, con todos mis respetos, es un fraude de hombre.

En toda la historia, la autora nos deja ver, como es el día a día de una persona con trastornos alimenticios, y en cómo se actúa tras llegar a un punto en el que no hay retorno y hay que tomar medidas drásticas.

Es una historia de las que te llegan al corazón y en las que  cuando acabas te hacen reflexionar. 

Una narración muy bien estructurada, con detalles que el lector agradece y la verdad que adictiva.

7/10

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